miércoles, mayo 31, 2017

El arte de mirar vidrieras

Joven de espaldas mirando un escaparate con maniquíes iluminado.
Abierto

A las mujeres les atraen las vidriera de las tiendas, las obsesiona la moda, los detalles y lo último en aparecer cuando de indumentaria se trata.

Un escaparate iluminado es un polo de atracción máximo y que les aviva la imaginación y el deseo de cosas -para ellas- imprescindibles.

El verse bien de los pies a la cabeza es una necesidad que debe satisfacerse y de ahí los sueños de alcanzar, lo que para algunas es inalcanzable, lo que solo puede verse en los escaparates.

Pero la mujer luchadora incansable para lograr sus sueños busca y se detiene en cualquier vidriera esperando la oportunidad de una rebaja, un descuento, una barata que -con un adecuado financiamiento- le permita adquirir eso que necesita imperiosamente.

Iluso el hombre que piensa que la mujer esta obsesionada por su belleza para agradarle solo a él, lo que en realidad la mujer busca destacando su belleza es destacarse de las otras mujeres.
Una sana competencia -¿de vanidades?- entre mujeres ya que ellas saben que a la mayoría de los hombres se los ganan con solo una sonrisa.

sábado, mayo 27, 2017

Fotografía callejera.

Hojas secas en el piso de la vereda.
El verano fue.

La imagen nos muestra la agonía del verano, una forma de prepararnos para el otoño.
La vereda es el destino incierto de las hojas otrora verdes, brillantes y llenas de vida a  éstas mústias, amarronadas, sin vida y en el suelo frío de la vereda.
El ciclo de la vida, es verdad, un ciclo que se repite año a año y que a pesar de eso me sigue maravillando.


jueves, mayo 25, 2017

La calle inspira

Foto callejera en Blanco y Negro.Mujer con gafas caminando.
Gafas.
La fotografía muestra lo que miramos cotidianamente pero no vemos. Lo que pasa frente a nuestros ojos y de lo que no tomamos en cuenta, no lo percibimos en su total dimensión.
Un instante en la vida que nos pasa y en la vorágine en la que estamos inmersos es casi imposible registrar.
Somos seres apurados dominados por esa urgencia y nos evadimos de todo el resto.
De vez en cuando esta bueno detenerse y plantearse si vale la pena tanto estrés acumulado y si realmente nuestras vidas, en medio de tanto ajetreo, son lo que realmente queremos que sean.

Los consejos son tomarse unos minutos al día para este planteo y realizar ejercicios de relajación para bajar nuestros decibeles. Pero eso solo no basta, hay que poner un freno, disminuir el paso, debemos  dividir el tiempo entre nuestro trabajo, nuestra familia y nosotros mismos.
Un tiempo para cada cosa y proporcional a nuestra percepción de su importancia.

Darle a cada uno  de esos instantes todo nuestro esfuerzo y  dedicación para lograr ese ansiado equilibrio que nos acercará a la felicidad.


lunes, mayo 22, 2017

Una foto cualquiera





Un día de lluvia cualquiera en mi pueblo 50 años atrás.
Esta foto ha sobrevivido a muchas mudanzas y otros tantos aligeramientos de valijas.
No está en ningún álbum como pudiera parecer por su vigencia.

Técnicamente sé que no es una buena foto pero estoy muy ligado a ella y no se porque.
Quizás porque fue una de las primeras que saqué cuando comenzaba con la fotografía.
Tal vez fue del primer rollo que revelé en mi incipiente laboratorio.
De lo que estoy seguro es que representa una realidad de ese instante de mi vida.

Estoy parado en el balcón de mi pieza, llueve copiosamente, tomo mi cámara y disparo.
Cual fue el objetivo de la foto no recuerdo.
Se ve pasar al verdulero en su carro, una vecina en la vereda de enfrente, y las calles hechas un lodazal.

En ese entonces las calles de tierra reaccionaban así ante la lluvia.
Solo teníamos una pequeña pasarela de cemento -de unos 60cm. de ancho- que unían nuestra vereda con las de la manzana de enfrente.
Con el paso de los carros y caballos -los escasos autos no salían esos días-el barro la cubría rápidamente, por lo que un empleado comunal debía -pala mediante- limpiarla.

El edificio que se ve era donde funcionaba la Unión Telefónica.
En el trabajaba el Jefe y dos empleados, que eran los encargados de las comunicaciones entre los vecinos y el mundo exterior.
En el pueblo no había -salvo raras excepciones- teléfonos en las casas por eso cada vez que se necesitaba hablar telefónicamente se debía apersonar y solicitar la comunicación.
La demora de una comunicación a Buenos Aires por ejemplo podía ser de 6 ó 7 horas.
Tiempo suficiente como para regresar y seguir con las tareas del día para luego volver transcurrido ese lapso de tiempo.

Hoy a la distancia -de tiempo y espacio- esta foto me genera algo de tristeza nostálgica.

En esos días de lluvias no había clases y aprovechábamos para jugar como diera lugar.
El agua corría por las cunetas como torrentes de ríos caudalosos.
Cuando paraba los chicos descalzos recorríamos la cuadra jugando con imaginarias embarcaciones -hechas de corchos y ramitas- que corrían velozmente pasando por los túneles formados por los pasos a nivel de la vereda.

Era día de tortas fritas.
A mi mamá le gustaba amasar y cocinarlas.
Como siempre faltaba algún ingrediente -harina ó grasa- me mandaba a la despensa que quedaba cruzando la calle justo enfrente de casa.
Era una verdadera aventura cruzar y a mí me encantaba.
Cuando regresaba esperaba por las tortas sentado en el alféizar de la ventana de la cocina que daba a la galería y absorto contemplaba la lluvia.
Ahora sé porque conservo esta vieja foto.



Tomado de Miscelaneas(7/01/2009)

viernes, mayo 19, 2017

Fotografías de frutas.

Puesto de frutas con manzanas rojas  bananas y uvas.
La Gran Manzana
Salir a caminar por la ciudad durante el día puede presentar oportunidades fotográficas muy interesantes.
Todo dependerá de nuestras ganas, predisposición y compromiso de obtener una fotografía que nos plazca.

Esta imagen es el resultado de unos de esos días de caminata con la cámara en mano disfrutando del paisaje urbano, mirando, observando todo lo que se nos presentaba a la vista.
Después de ver también hay que imaginar el resultado de nuestra foto.Buscar el encuadre que destaque nuestro motivo y después disparar.

La Gran Manzana es un Bodegón realizado al aire libre, en plena vereda, con gente transitando y con la luz natural.
Creo que las manzanas se destacan por su ubicación y su color, las uvas y las bananas junto a las naranjas y los melones armonizan realzando el resultado final de esta fotografía.

Contrastes Alados: Luz y Sombra

Sombras   En el silencio contemplativo de un espacio íntimo, una paloma se convierte en la protagonista involuntaria de una obra maestra vis...

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