miércoles, noviembre 29, 2017

Cosas de la ciudad.

Una bicicleta y un perro tras las rejas en un balcón.

Rejas.

La bicicleta descansa sobriamente recostada sobre la pared. El perrito mira lo que pasa afuera interesado por el bullicio que proviene de allá abajo.

El balcón protegido por rejas: a la baranda original de protección, ante una posible caída, se le suma otra más reciente fruto del temor ciudadano a un ataque externo.

La libertad  no es libre, podría decirse . Estamos privados de ella por nuestros miedos ocasionados por una realidad y nos encerramos preventivamente.
La inseguridad va en aumento,lo que transforma los temores en una obsesión patológica.

Las rejas dan la seguridad que el estado no provee. Nos tranquilizan, impiden la paranoia de pensar en ser asaltados, desvalijados y vejados.

A pesar de esto la vida en la ciudad es hermosa, llena de cosas buenas, cómodas, prácticas y que de saberlas aprovechar pueden hacernos la vida muy llevadera hasta feliz diría yo.

La ciudad es proveedora de trabajo no solo para sus habitantes sino también a millones de personas de  otros pueblos y ciudades cercanas.
Te brinda educación con muchísimas escuelas tanto públicas como privada excelentes universidades que cubre casi todos los campos del saber.


Modernos medios de transportes como trenes, subterráneos e infinidad de líneas de colectivos que se desplazan por la ciudad, muchas por un circuito  veloz y cuidado llamado Metrobus.

Hospitales, sanatorios y clínicas dispuesta en toda la ciudad atienden los requerimientos de salud de la población de los locales y los habitantes de otras ciudades vecinas a los que se agregan también de otros países limítrofes
 La realidad nos indica que la respuesta a tanta demanda no es lo perfecta que debiera ser, que lograr la excelencia en los servicios de toda índole es una quimera y que solo se podrá mejorar algo para que nos conformemos con un "aceptable" servicio.

 Estamos en la etapa de poner en orden las cuentas públicas, lo que va a llevar su tiempo si se logra. Mientras tanto no pensamos en poner orden a todo lo que hace a la vida de la gente.
El orden es el apego a la ley. 

Nosotros los habitantes deberíamos pensar en contribuir a generar el orden que necesitamos, si cada uno hace lo que tiene que hacer dentro del medio en que se desenvuelve y enterramos para siempre "la viveza criolla"que tanto daño ha hecho.

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